Elévame. Yo pongo la grúa que se hace necesaria dado mi pétreo corazón.

Tango. Milonga

Representabas el culmen de la belleza porteña: nariz ganchuda, deje argentino que acariciaba las palabras cada vez que salían de tu boca, tu roja boca, roja de los miles de vasos sanguíneos que la recorrían. La melena lacia, morena, que cruzaba tu cuerpo y tapaba constantemente tus ojos verdes como el Mar del Plata, me causaba taquicardias cada vez que el viento lo mecía. Y sin embargo, a pesar de ser tan bonaerense, tenías más de europea. Sin duda ese crisol de razas y naciones que conforman la identidad de la Argentina, estaba en ti perfectamente representado.

Tras la cena, y sonriendo enseñando todos y cada uno de tus dientes, preguntaste: Ché, ¿me llevás a bailar milonga?
Mi cara de incomprensión debió ser magnífica, por lo que me explicaste que querías bailar tango.
Yo, que sólo haciendo el tonto con mis hermanos había bailado tango, me encontré en pleno barrio de La Boca, calle Garibaldi, tratando de no caer por la torpeza de mis pies y por el impacto de tu pierna elevada sobre mi mano.
Una vez terminamos de escuchar a nuestro tango insonoro, juntaste las manos y dijiste:
¿Sabés? No es bueno que vivas allá tan lejos.
Vi una lágrima que se escapó y te fuiste, lejos. Una vez más, las raíces españolas hicieron lo que debían, huir, huir sin motivo de peso, ante cualquier, ya fuera infundada o no, adversidad.

La Pampa




La planicie infinita que lanza
destellos deslumbrantes tras el ocaso;
el sol que en su particular danza
se esconde a cada ínfimo paso.

Las Siete estrellas

-¿Dónde estarán las siete?
-¿Las qué siete?
-Las siete estrellas de la Osa Mayor. No las encuentro por ningún lado.
-Pero ¿cómo querés encontrarlas acá? Estas son estrellas distintas a las tuyas del Norte.
-Ya veo. Y tampoco hay Vía Láctea ¿no?
-No.
-Todo es extraña y atrayentemente diferente aquí. No consigo acostumbrarme. Pero quizás esa imposibilidad de aclimatarme es lo que realmente me produce la atracción a permanecer aquí.
-Como una antítesis decís ¿no? Como si estar acá fuera fácil y complicado a la vez. Fácil porque acá todo es fácil de querer, complicado por lo que se quiere es contrario a donde venís.
-Te acabas de definir.

Nada

Nada. No hay nada. Absolutamente nada que ahora pueda decir. Nada se me ocurre. Nada me ocurre. Nadie me inspire. Nada. La nada.
Nada ahí fuera. Nada aquí dentro. Nadie que alimente. Nada que digiera este mal trago. Nada me es posible hacer hoy. Nada.
Por ello me marcho; quien sabe si para siempre o por un microsegundo.
Han sido 85 entradas en las que me he descubierto, me he relajado y con las que he disfrutado. Continuaré con las Epístolas y por el momento nada más.

Gracias,
Blo

Viajar en tren.


Velocidad de vértigo, pero al mismo tiempo pausada y monótona por el traqueteo de los vagones sobre las traviesas. El aire, convertido en viento por la velocidad del tren, entra por la ventana, bajada para sofocar el calor que nos produce este beso. Un prado verde se antoja inacabable. Mirando al infinito con los ojos cerrados, deseo que este instante sea eterno, que nunca acabe el viaje y que tú, como de costumbre, no seas la burda ilusión sempiterna y huyas. Vana intención; desapareces.

Lineas. Puntos


Una vez que los puntos se hubieron liberado de la cruel tiranía a la que estaban sometidas por las líneas, todo fue un aparente caos. Digo aparente porque como todo el mundo sabe, dentro del desorden siempre hay un orden, que aunque no explícito, sigue siempre las reglas del cosmos.

"Libertad, caos y orden" fue la máxima que eligieron.

basado en el corto Candy Sky a su vez basado en el libro "Punto y linea sobre el plano" de Vasili Kandinsky

Muerte.Destrucción.Caos. II

-Bien, si se observa la posición en la que están los cuerpos- estos estaban laxos en el centro de la cama que ocupaba la mayor parte del minúsculo estudio en el que vivían. Estaban juntos, en posición fetal, con la espalda de ella pegada al torso de él- es muy posible que el causante de todo este desaguisado, ya que no hay huellas marcas, signos de fuerza y tampoco hay ninguna puerta o ventana abierta, sea el amor-
-¿El amor?-dijo el inspector airado y sorprendido- ¿qué memez es esa?-
-Piénselo jefe, se les colapsó el corazón de hacer siempre lo mismo, la misma rutina amorosa de siempre puede resultar incluso más dañina que la absoluta indiferencia. Por eso el corazón está tan sumamente ajado. Es la única explicación que le encuentro, ya que los forenses no logran cómo están tan marchitos ambos miocardios-

Muerte.Destrucción.Caos. I

-Nunca sabremos que ocurrió en realidad- dijo el inspector-jefe a su adlátere- es un caso realmente imposible de resolver ¿no crees?-
-Ciertamente jefe es un caso arduo, pero no imposible como pregonas. Se trata del más anómalo caso al que nunca este departamento se haya enfrentado. Las nimias pruebas de las que disponemos son, en su mayoría, desechables y sin valor alguno jurídicamente hablando- concluyó.
-Lo sé, lo sé; es por eso por lo que digo es un caso imposible. Nos enfrentamos a un asesino despiadado y sin escrúpulos, sin un ápice de humanidad. Y este no es más que uno de sus actos- y señaló el lugar en donde yacían los cuerpos de los dos jóvenes.
Aunque no tenían marcas exteriores de lucha, por dentro tenían el corazón destrozado, como equiparado al de un anciano en sus últimos días. Un corazón raído, prematuramente viejo y extasiado.
El ayudante del inspector se rascó la cabeza y, como si eso le hubiera facilitado la obtención de una idea, exclamó- ¡ya sé cómo murieron jefe!-
Éste le inquirió con la mirada y el ayudante, complacido, empezó a hablar:

Recíclame.
Aún puedo ser útil.

Historias de Fakires


Entre un olor mezcla de incienso, hachís y curry se despertó. Estaba sudoroso y alelado, como fuera de sitio. En esos mínimos instantes en los que el cerebro no sabe muy bien si sigue soñando o no, se sintió como que no estaba el lugar correcto. Su sitio eran sus sueños, masticando cristales, durmiendo sobre una tabla de clavos o hipnotizando una violenta cobra con el suave sonido de su flautín, no ese pozo de pobreza y suciedad al que se suponía debía llamar hogar. Mientras bebía un poco de leche (en realidad la poca que había) se juró a sí mismo que sería un fakir famoso como lo era en su sueño y que saldría de la pobreza. Acto seguido se dirigió a su esquina acostumbrada y comenzó a pedir limosna.


Dedicado a mme. parapluff

Abecedario


Arremetió bruscamente contra Dios: ¡Escucha figuración grotesca! Huye inmediatamente. Jamás limites mis nimias ofensivas pues quizá resultes sorprendentemente tullido. Unicamente vendrás (cuando) yo zozobre.

Azul



Del color del cielo sin nubes. Quinto color del espectro solar. Infinito y eléctrico. Marinero y en tus ojos. Condensado en una foto.


Sobrevolábamos los Alpes. Puede que estuvieramos aislados, pero un frío me recorrió toda la espalda. Estaba aterido. Busqué el origen de ese helor. Y lo hallé en tus ojos, océanicos, que helaban. Eran una mirada al infinito, casi mortecina. Como si el candor que poseyeras se hubiera esfumado de un soplo. Te inquirí, pero no encontré más que silencio. Llorabas, pero por lo gélido del ambiente eran ya cristales de hielo. Di entonces con la clave. Te besé fuerte, en la comisura de los labios, y un rubor ardiente incendió tus mejillas y de repente el frío se tornó en calor agradable.
-¿Por qué has tardado tanto en hacerlo?.
-Temía que no lo quisieras.


"Lately I have been
frequenting bad houses
Places no respectable man
would be seen
I hate myself for my weakness
My past sickens me
I tell myself I will not go
ever and I drive there"


LA MALA VIDA REGRESA POR VACACIONES

Mar.Velero.

Velero sin mácula, nuclear, radiante;
sobreelevado en las aguas de un mar calmo.
Rumbo a la infinidad del azul, razonas el por qué de tus actos.
Debiste haberlo hecho tanto tiempo atrás...
Ahora, perdido, te preguntas si habrá salida,
si el mar te abrirá una puerta que conduzca al fondo,
donde por fin reposes.

Vuelta



Después de andar por Europa de aqui para allá, de visitar todo lo visitable, de conocer mil experiencias, de vivir cientos de ellas, de probarlo todo. Después de ir, ver, volver, de reir, de sonreir, de pensar, de pasear, fotografiar, comer, beber, bailar. Después de todo, después de nada, de contar y escuchar historia, de dejar a un lado todo lo que siempre me había preocupado, de liberarme. Después, al fin y a la postre, de viajar, me encuentro con una realidad quizá demasiado cruda de lo normal. Quizá sea que cada vez me impresionan más las cosas o, por el contrario, que esta vez la realidad sea más dura de lo normal. Todo es posible. Pero ahora todo menos tú.

Europa, Europa


Me marcho. Me voy allí donde el bullicio del ir y venir de los pasajeros es atronador. Donde los railes chirrían al rodar sobre ellos la locomotora. Donde la vida bohemia es la única posible. Donde el punk aún no ha muerto. Allí donde lo intangible es lo único real. Donde poder perderme solo y sentirme acompañado por las calles y los edificios. Ojalá vinieras. O quizá no. Me dispongo a descubrirlo.


Bienvenido a Europa.

Luz



La luz que lo inunda todo. La luz del atardecer. Luz crepuscular. Luz que no sólo ilumina, sino que reconforta. Luz que permite, entrecerrando los ojos, ver formas de todos los colores. Luz natural. Luz que refleja la verdad de los objetos. Luz casi dormida. Luz. Luz. Luz. Y siempre tu luz.


La hierba crecía por doquier. La antigua fábrica, antaño lugar de intenso trajín, de gente atareada que correteaba de aquí para allá, no era ya más que una vieja imagen borrosa. Ahora todo estaba florido, debido a la primavera y a las millones de goteras que hacían que el techo pareciera como si fuera a desplomarse de un segundo a otro. Las ratas, ora nuevas dueñas del lugar, campaban a sus anchas sin importarles la solemnidad de aquel lugar que había asistido a la producción del primer ser humano en serie. Siglos después de aquel hito histórico, apenas quedaban ya unos pocos cientos de los grupos bokanosvskificados Gammas y Epsilones. Estos se dieron cuenta del poder que tenían y acabaron con sus dominantes. Ahora, fruto de sus años de condicionamiento servil, no eran más que un puñado de alimañas que no tenían rumbo fijo.


(inspirado en Un mundo feliz de Aldous Huxley)

Pícara


Sonríes, y tiemblan ya los cimientos
que sostenían mi mente ahora ida
que ora vaga desnuda y perdida
esperando que le rocen tus vientos

Y me parece el tiempo ceniciento
gris y turbio, ya muerto y sin vida
si me alejo de tu boca dormida
inerte, yerma y sin ningún aliento.

Mas la mirada infinita susurra:
¡yo deseo también ser alabada,
pues digo mucho con un parpadeo!

Así que antes de que algo ocurra
con la frágil boca y la hostil mirada
los uno conmigo entre jadeos.


Pretexto


Me gusta no tener que decir nada. Usar solo las palabras como mero pretexto para aparcar al silencio por un instante. Y, una vez cumplida su función, dejar que se las lleve el viento, como cada vez que alguna se asoma por mi boca.



Bienvenidos al Oeste II

Lancé entonces una mirada a mi cintura y observé, atónito, como un revólver de considerable tamaño colgaba de una cartuchera. Qué diantres hacía yo allí, vestido de vaquero bueno, sin idea de disparar y con un brioso corcel gris perla esperándome era algo que me dejaba patidifuso.
Respirando hondo, me dirigí amablemente hacia los cuatreros, y aunque me temblaba la voz, les rogué que devolvieran lo robado. Una estruendosa carcajada brotó de detrás de sus pañuelos, de una manera casi mágica. Entonces agarré mi revólver calibre 38 y disparé a bocajarro. Como nunca he sido muy ducho en la puntería, apenas les rocé, pero comprendieron lo que quería decir. Soltaron las sacas y huyeron picando espuelas.

Desperté en el misísimo instante en que John Wayne disparaba su Colt. Maldito condicionamiento por sueño...

Bienvenidos al Oeste I


Del sol de poniente, rojizo, cobrizo y huidizo.

Y se oyen las resquebradas notas de un banjo a lo lejos. Quizá suene desafinado, o puede que el que lo toque apenas sepa hacerlo, pero la escena no sería la misma si no sonara nada. Se observan huellas de herraduras en la tierra arcillosa. Un "cling" suena en la escupidera. El desarraigado saloon rezuma alcohol por cada una de las juntas de sus tablones. En la calle principal dos forajidos, pañuelo en boca, montan sobre sus caballos para poner rumbo a su guarida en las faldas de la montaña. El sheriff, abigarrado y temeroso, se enclaustra en su despacho para no tener que intervenir.
Y yo, presencio impertérrito la escena sin poder comprender ni cómo ni por qué.

1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10

No quiero contar más. Me sobran cosas que contar con tan pocos números. Puede parecer pretencioso, pero al reflexionar sobre el tema se constata que lo realmente importante puede contarse con las manos: amigos verdaderos, pensamientos cuasi perfectos, enamoramientos, buenas obras...
Lo superfluo e inútil, en cambio, exige de cientos, miles de números para ser abarcado: dinero, malas ideas, estúpidos...

Khaos

Y ahora, con mis ideas en desorden, me lanzo a disfrutar de un refrescante baño en el mar de la Intranquilidad. Corren tiempos extravagantes, fastuosos y a la vez tímidos. Pero habré de hacer acopio de las pocas fuerzas que aún me restan para enfrentarme a ellos como es de rigor. Si bien es cierto que hay veces que las piernas me tiemblan y parezco a punto de desmoronarme...
-Apu, ¿te quedan de esas cervezas con gominolas, las Choo-choo-boos?
-No, lo siento, creo que esas cervezas no existen señor Homer.
-Entonces dame seis latas y un paquete de anises.

(Extraido de los Simpsons)


En memoria de todos esos instantes simponologicos que seguimos compartiendo, ahora desde una nueva perspectiva.

Ansiado pensamiento libre

Aullaba, como camada hambrienta,
por la ausencia de la ansiada madre,
mi pensamiendo que ahora se pudre
porque tu indiferencia lo alienta.

Antes de que el tiempo impasible medre,
antes que él acabe sin luz, a tientas
y la muerte, que ahora aquí se sienta
me empuje al Cerbero y me ladre,

antes que lo inevitable ocurra,
te ruego que prestes atención vital
a los pájaros que hay en mi cabeza,

que buscan salir a la naturaleza,
dejar por siempre su vida de hospital
enclaustrados sin que sus alas discurran.



(¡estamos que lo tiramos!)

Idílico

Bajo los enorme brazos del almendro en flor
que se mecen con el viento, en un suave vaivén
que arrullan y te acunan y te acarician la sien
mientras que el campesino ara las tierra de labor,

me encuentro atónito y con un amargo sabor,
fruto de frutos verdes de otro árbol de este Edén
y del azul de tus ojos que me escrutan y me leen
a los que pido que no acaben y me den su valor.




(¡la musa ha vuelt0!)

Nada claro

Ya no puedo querer lo que antaño,
yo no soy igual, tú ni siquiera eres;
te fuiste cual vïento, sin deberes
y yo ora me voy causandote daño.

Impregnado de la pasión yo taño
la flauta de la distancia entre seres
que nos alejará a nuestros quehaceres,
nos encerrará en nuestros rebaños.

Vendré a mi vida casi olvidada,
que por un tiempo dejé murïendo
por acto de tus manos desolladas

y volverás aunque lo niegues, sonriendo
rauda y veloz, como si desbocada
al camino donde estabas viviendo.

Poema Dadá

Confiad en entrará eterna cantará
gente: Abrid y justa que puertas
se conserva de confió han más
firme que una guarda que antemuro.
Roca murallas ti hemos las siempre fuerte
protección este tenéis día en y fidelidad.
Aquel porque en para una tierra de Ciudad
y paz la por sé.




Interpretación:
Confiad en que entrará la eternidad. Cantará
la gente: Abrid y las justas puertas
que conservan la confianza han de ser más firmes
que una guarda de antemuro.
¡Roca! ¡Muralla! A ti hemos, siempre fuertes, protegido.
Tenéis este día fidelidad.
Aquel, porque en una Ciudad de tierra supe y por la paz sé.

Frío

Lamentablemente soy frío. Te miro y tiemblas del frío seco, semihelado, que transmite mi mirada. Es como si apagara tu fuego interno, como si de repente el calor interior que poseyeras fuera erradicado como por arte de mi congelada indiferencia. Aunque luches desesperadamente contra mí, hielo hierático, nada puedes hacer. Te estrellas contra el frío, intentas hacer que me derrita, pero tantos años de indiferencia no van a derrumbarme en un suspiro. Así que optas por enfriarte a mi lado, como aceptando tu derrota, mientras copos de nieve van recubriendo tu estampa.


Lánzame ¡oh intifadista¡ Lánzame bien lejos, contra los tanques que la indiferencia y el tedio han mandado aniquilarnos. Lánzame para que me estrelle en una explosión colorida y suicida.
La frágil senda de cristal opaco que unía sus dos cerebros se quebró como fruto de las tensiones que los vientos, llamemoslos extraños, ejercieron. Se habían dado cuenta que una quebradiza pasarela no era suficiente, por lo que trabajaron juntos para remodelarla.
-Sin duda alguna lo que más odio es que una nota suene a destiempo- clamó la pianista- es algo que me puede.
-Soy consciente; por eso solo intento decir que te quiero cuando sé que todo sigue el ritmo cadencioso que aporta el compás de tus latidos-le contestó el pequeño admirador.

Yo-Tú


Yo remo. Tú sonríes. Yo me extenúo. Y me niego a remar. Tú, en mitad de ninguna parte, alejados mil kilómetros de cualquier pedacito de tierra, comienzas a acercarte. Yo, mitad extrañado, mitad agradecido, te dejo actuar. Tú me besas en la mejilla. Yo me sonrojo. Tú, impúdica y alborozada, continúas el recorrido por mi cara, sin llegar a los labios. Yo, vergonzoso por tu comportamiento, me zambullo en el mar. Y me pierdo en la profundidad. Y tú, como poseida por la niñata de Titanic, me lloras.




[los finales buenos han quebrado por falta de capital para subsistir. Mierda de crisis...]

Flores Grises



Ya las flores, que tanto tiempo estaban tardando en salir, explotan en un brutal juego de colores que acongojarían al pintor más colorista. Sin embargo, una pátina de barniz ceniciento, grisáceo y descolorido las pervierte y las torna las más monótonas de cuantas han poblado cada año, en su repetitiva alegría, este pedacito de nada que se denomina en su egocentrismo la Tierra. Pero sólo ciertas personas con visión de alma pueden verlas coloreadas, cuán afortunados ellos.



(recordemos, yo soy daltónico)

Solo lluvia


Sólo lluvia. Quizá con paraguas, aunque prefiero disfrutarla sin protección. Si, soy un valiente y un arriesgado por no llevar chubasquero, bolsa de plástico o periodico-techo que me proteja de las duras gotas de agua que, en caída libre, se desploman desde las nubes. Me recuerdan, al precipitarse al vacío, a suicidas que deciden que las nubes no son lo suficientemente bonitas como para vivir en ellas. Tragedia, si, pero necesaria tanto para tí como para mí. Para tí porque el agua te inspira, rememora en ti recuerdos quizá inexistentes. Para mí porque vuelvo a mi época infantil (de la que puede que nunca me haya alejado ni tan siquiera un ápice) de correr por charcos y saltar en ellos. Pero sólo es eso, lluvia y nada más.

Viajero de ferrocarril (V)

...que qué hacía tan solo en un tren tan grande. Él, intentando aparentar normalidad, tragó con dificultad, pagó y se fue a su vagón. No podía fastidiar aún más las cosas, debía aguantar sus instintos y mantenerse tal y como ella lo había dejado. Pero se dio cuenta que iba a costarle más de lo que pensaba, ya que la revisora lo perseguía por el discurrir de los vagones. Él se giró sobre sí mismo y le espetó:
-Por favor déjame, no insistas; aún confío en ella , aún la quiero.
La revisora, anonadada mostró un mueca que intentaba ser una sonrisa pero que ocultaba un disgusto por no poder añadirlo a la lista de pasajeros anónimos que habían pasado por sus manos. Ella se alejó abatida y él se desplomó sobre su asiento; comprobó que la velocidad iba disminuyendo. Estaba llegando a su destino. Se aproximó a la salida para bajar en seguida y observó que la revisora estaba llorando en un asiento.
Cuando bajó casi se desmaya; ella estaba allí, esperando con una maleta a los pies. Sobrecogido por la visión, le inquirió con la mirada el por qué de estar allí.
-Nos vamos a París; tenemos que recuperar esta noche que hemos perdido como tontos- le sonrió.
Confuso, la abrazó y la besó; la cogió en brazos y la metió en el tren que acababa de llegar. No podía creer lo que estaba sucediendo. Entraron en su coche-cama, se desvistieron y ,desnudos, se durmieron a la espera de llegar a su destino.



fin.

Viajero de ferrocarril (IV)

...Les explicó que los había estado estudiando porque vivía justo frente a ellos en otro edificio. Les preguntó que si estarían dispuestos a hacer un trato: se intercambiarían durante una semana, ella viviría en el piso con el chico, y la novia viviría en la de enfrente. Él, sin pensarselo, había dicho que sí, fruto de su insaciable apetito sexual, por otro lado tan común en cualquier hombre. Su ya ex había montado en cólera, le había echado de casa y no le había permitido entrar de nuevo.
Ahora sin embargo estaba de pie, caminando con dificultad por los vagones para evitar caerse, dirigiéndose hacia el vagón-restaurante para saciar, en lo medida de lo posible, su hambre. Allí vió que estaba la revisora, observándole. Maldijo su suerte, pues ahora tendría que recatarse a la hora de comer. Mientras pedía un café y algo de bollería, su empleada de Renfe se le acercó y colocó la mano sobre su rodilla cuando le susurraba al oído...




(soy el maestro del suspense eh? :D)

Viajero de ferrocarril (III)

...la libreta de notas que siempre llevaba encima y empezó a dibujar con finos trazos de lápiz el desolador instante en el que se encontraba: un vagón vacío, con una luz tenue causada por un fluorescente a medio encender que le daba un aura cuasi fantasmal. Estaba enfrascado en ese dibujo cuando sintió un crujido en su estómago; tenía hambre, algo normal contando con que habían pasado más de 20 horas desde que había comido. Se acordó que esa última vez había sido con ella; en un restaurante, comiendo opíparamente y embriagados por las botellas de vino. Habían salido un tanto mareados y se habían encaminado a casa a culminar una noche que parecía redonda. En el portal les abordó una chica. Era un tanto desgarbada, quizá demasiado delgada, pero aun así preciosa. En seguida les abordó, pidiendo que la dejaran entrar en su casa para hablarles de un tema realmente importante.
Mientras tomaban café, la desconocida comenzó a hablar...



Son ya 18 años, sintiendo a la gente cerca; casi notando su aliento en mi nuca. Siempre sin necesidad de llamaros, alli que apareciais. No hacia falta que os pidiera algo que vosotros ya me lo dejabais. Nunca he necesitado muchas cosas; pero porque vosotros me lo haciais(y hacéis) todo muchisimo más fácil.
Por todos los que sois o fuisteis o en breve sereis parte de mi persona; Gracias. Nada mejor que eso explica como me siento ahora. Son ya 18 años y confío en que hasta que decida irme del mundo continueis ahí.



[Si, hoy es mi cumpleaños. Ya mayoría de edad :) ]

Viajero de ferrocarril (II)

...Era una guapa revisora que lo miraba sonriente. Él se quedó paralizado ante esa amable visión pues se traía un aire a ella. Iba vestida con el típico uniforme de Renfe. Una media melena rubia le caía sobre los hombros. Unos labios gruesos se extendían al infinito enseñándole unos dientes perfecto. Ella lo sacó de su ensimismamiento y le pidió el billete porque necesitaba comprobarlo. Lo picó y se lo devolvió al instante. Se fue moviendo ligeramente las caderas y él volvió a acomodarse. Se quedó durmiendo con el traqueteo del vagón, que lo mecía, y el sonido continuo de los vagones al pasar sobre las traviesas que lo arrullaba. Se despertó con mucho calor y una ligera jaqueca fruto de la calefacción demasiado alta. Los cristales, empañados, le impedían ver con claridad que afuera estaba, por extraño que resultara, diluviando. Acercó la cabeza a la ventana y el frío de esta lo alivió ligeramente. Buscó entre los bolsillos de su parka...

Viajero de ferrocarril (I)


Chirriaban los frenos ante la tensión del frenado de la mole de varias toneladas que acababa de irrumpir en la estación de su ciudad. Él estaba allí, con su maleta ajada y parapetado con un abrigo, intentando en vano protegerse del cortante viento frío que era característico de esa época. Miró hacia atrás, confiando en que ella aparecería, que habría olvidado lo que había acontecido la noche anterior y que le permitiría volver a casa. Nadie apareció, por lo que se subió al tren. Colocó la desvencijada maleta en un lugar desde el que pudiera verla y se sentó. Se acomodó como pudo en su asiento e intentó dormir. Se encontraba en un ligero duermevela, cuando una mano se apoyó sobre su hombro. Él se sobresaltó y dirigió su mirada hacia el dueño de la mano...




(he vuelto tras mi periplo estudiantil, con más fotos y más escritos)

Café(lla)



Un café. Necesitaba uno, para animarse un poco, durante un instante. Rebuscó entre los cajones, armarios y demás recovecos de la cocina, pero no encontró nada. Al fín dió con un viejo paquete, regalo de su tía tras un viaje por Colombia. Lo abrió y el intenso aroma fruto de demasiado tiempo empaquetado, casi lo dejó inconsciente. Se sonrió de lo rico y potente que estaría, así que comenzó, como acostumbraba, muy diligente, a prepararlo. Cuando se disponía a dar el primer sorbo, llamaron al timbre. Él, nervioso y a la vez cabreado, abrió. Era ella; ya no necesitaría el café.

Querida nadie:

Quiero irme del mundo. Sobre los cúmulos, nimbos, estratocúmulos y cirros, justo por encima de las nubes, esos parasoles algodonados que tan mágicamente se agrupan, dando lugar a formas caprichosísimas. Justo ahí, donde los dulces rayos del sol me acaricien como tus manos la cara, ahí, me quiero marchar. No debes tomar esto como una alegoría del suicidio (recuerda que el cielo suele asociarse al paso a una vida mejor en la simbología cristiana). Todo lo contrario. Este ímpetu de dejar la tierra firme es mas bien una mezcla de extravagancia y desolación ante no poder cambiar lo que aquí abajo habita. Te ruego que no impidas que esta decisión se complete, ya que entonces me condenarías a un monton de desdichas. Espero lo comprendas.


Dolorosamente tuyo,

el SER humano.

Milagro



Si una luz que baja directamente del cielo haciendose un hueco entre las nubes tenebrosas te resulta divina e incluso un jodido milagro, olvídalo. No es más que una combinación de casualidades al unísono. Sin embargo......siempre apetece creer en lo que no controlamos ¿no?





foto de un cumulo de casualidades en medio del mar mediterraneo, cerca de monaco.

" Ahora todo el mundo quiere formar parte del espectáculo, ya no hay público que quiera ver, todos buscan participar."



Mi padre.

Cantabas. La rana ama
que te represente; leve
dolor; lo corroboro con poco.
No. Propongo, todo loco
que me beses, me eleves,
hagas cada vaga alma, llamas.

Dama blanca, matan las ramas
verdes de creer en el breve
color rojo, como sol. Foco
doloroso. Lo froto, lo toco.
Él me ve. ¡Que me lleve!
La nada. Falta la cama.




Desde aquí mi recuerdo al creador de los clicks de Playmobil, que tantos buenos ratos me ha hecho (y continúa) pasar.

Lilliput

Voy. Y te encuentro acurrucada en la palma de mi mano. Me miras como pidiéndome la pregunta que sabes que no tardaré en hacerte. Y yo te miro con un sentimiento paterno, tan propio como el marrón oscuro de mis ojos. Te inquiero el por qué de tu estado tan pequeño. Y me respondes con una sonrisa pícara, que así es más facil que te lleve en mis bolsillos, allá donde me dirija.

Ruinoso corazón


De entre las ruinas saqué lo que parecían los restos de tu pobre y roído corazón que tal y como decía Sabina en una canción estaba podrido de latir. Algún día, cuando seais solo una y no dos y tan diferentes, te lo daré lustroso, limpio y renovado, para que lo uses siempre que quieras sin miedo a que puedan rompertelo. Pero hasta entonces, espera, mantente, aguanta tus ganas porque sabes que si te lo entrego precipitadamente el resultado sería catastrófico.


Nunca me agradezcas esto, simplemente, es porque eres tú.
Pon los labios en forma de beso. Humedece ligeramente tus labios jugosos. Mueve la lengua en función de lo que quieres oir. Llena tus pulmones de aire.




silbame floooojoooo en el oido...

Conversacion con un lápiz

Se queja el lápiz a cada segundo
porque cuenta que no escribo nada,
y lo achaca a la musa olvidada,
nostalgia de un poemario fecundo.

-Cierto es que por causa de este mundo
en el que no cabe la poesía amada,
mi lírica es sin razón minada,
pero soy frágil y con ello me hundo.

Perdóname entonces, ¡oh lapicero!
excusa que sea un bendito cobarde,
mas seguro estoy de no ser el primero-

El lápiz ahora se ofusca, arde:
-El mundo lo pide- grita el madero-
¡escribe antes de que sea tarde!-

Lluvia-Luz


Lloviznan pululantes gotas del liquido elemento mientras tu pelo, encrespado por la humedad, muestra todo su brillo, tal, que permite iluminar los angostos callejones por los que discurrimos.
Simpatica estampa que parece de un cuadro.

Cultura-Vacio



Elimina el automóvil, la televisión y el fútbol de la cultura contemporánea: en el acogedor vacío resultante se podrá VIVIR.

Jorge Riechmann


Yo aún voy más allá. Me atrevo incluso a eliminar cualquier atisbo de prensa (siempre que no sea libre; lo cual es difícil, que no imposible) religión y cualquier cosa que adoctrine. Sin eso no podrá vivirse con todo lo que ello conlleva. De no ser así, y por desgracia es como es hoy en día, lo que tenemos ahora no es más que el burdo reflejo de lo que fue o puede ser la vida. Hagamos entonces el vacío que pide Riechmann.

Ahora bien, el vacío es doloroso si tú no estás. Por mucho vacío glorioso que sea.







Vuelo



Literalmente. No lo sé. No tengo la más remota idea de que diantres ocurre cada vez que se para mi mente. Creo que vuelo a través de canales de información a una vertiginosa velocidad que me hace sentir un vértigo inalcanzable para cualquier persona que no consuma sustancias estupefacientes. Por ello necesito de torres de control que dirijan mi atribulada mente parada por el mejor camino, por el que alcance el nirvana o lo que se le parezca más.

Ojalá algún día alcance a comprenderlo. Mientras tanto, a hacer fotos de este dia nublado.