Bienvenidos al Oeste I


Del sol de poniente, rojizo, cobrizo y huidizo.

Y se oyen las resquebradas notas de un banjo a lo lejos. Quizá suene desafinado, o puede que el que lo toque apenas sepa hacerlo, pero la escena no sería la misma si no sonara nada. Se observan huellas de herraduras en la tierra arcillosa. Un "cling" suena en la escupidera. El desarraigado saloon rezuma alcohol por cada una de las juntas de sus tablones. En la calle principal dos forajidos, pañuelo en boca, montan sobre sus caballos para poner rumbo a su guarida en las faldas de la montaña. El sheriff, abigarrado y temeroso, se enclaustra en su despacho para no tener que intervenir.
Y yo, presencio impertérrito la escena sin poder comprender ni cómo ni por qué.

1 comentario:

MadaMME P(irata) dijo...

tu eres vaquero... y yo pirata? :)