Recuerdos de tu ausencia

Eres tú, vidica amada,
la más hermosa mujer
que entre todas las del mundo
logré poder conocer.
De tan bella como eres
tu imagen veo al andar
y de tanto que te quiero
nunca te puedo olvidar.
Tu recuerdo es mi ilusión
siempre esta en el pensamiento
y no creas que te miento
porque va en el corazón.
Pienso en ti muy a menudo;
en el día muchas veces,
y lo que antes no pensé
ahora lo pienso con creces.
Unas veces te veo en sueños
que no puedo realizar,
otras pienso como niño
que no sabe en que pensar,
hasta que me desespero
y lo hecho todo a rodar
pues si mucho voy pensando,
!Vidica¡ empiezo a llorar.



Nota: Este poema se lo escribió Ignacio Valcárcel Serra (a la sazón mi abuelo) a Dolores Alcazar López-Higuera (luego mi abuela) el 13 de abril de 1946. En lo sucesivo colgaré más, pues mi poesía tiene su origen aqui.

Quizá

Quizá estés a oscuras, sin poder ver, cegada por la falta de luz y por el exceso de alcohol.
Quizá en ese estado en el que debes prestar más atención al resto de tus sentidos, seas más vulnerable.
Quizá podría aprovecharme de la situación, pero prefiero observarla, y dado el caso actuar.
Quizá debería considerar que todo lo que haces no es fruto de tu mente.
Quizá y solo quizá puede que me encante verte así y caer de rodillas ante tus ebrios encantos.
Pero eso quizá y solo quizá.




[odio actualizar sin tener las fotos, pero aun no las han revelado y yo no podía aguantar más]

El(la) III

ADIÓS. Ella se murió, o sintió morir en ese instante, ya que él odiaba decir adiós, pues consideraba que era para siempre. Lo llamó desesperadamente, pero él no respondía a las llamadas. Pasó el tiempo y ella no conseguía olvidarlo, a pesar de que ella se concentraba en su trabajo, en sus amigas, en cualquier cosa que le mantuviera la cabeza ocupada. Por eso lloraba y recordaba, odiándole por haberle hecho pasar los mejores años de su vida. Pero no, se dijo, no se permitiría abandonarse y morir por él. Pero ella no contaba con que él había vuelto a la ciudad. Había marchado porque no soportaba que todo fuera tan perfecto, que por fuerza todo terminaría mal y él no quería eso.
Ella estaba, como cada tarde, escribiendo sobre lo que de él odiaba, como terapia para olvidarle. Lloraba. Pequeñas gotas resbalaban por sus mejillas, entonces sonrojadas por la rabia contenida contra él. Sonó el timbre de la puerta. Ella, pensando que sería el correo o alguna cosa sin importancia, no se molestó en secarse las lágrimas. Abrió y allí estaba él, con todas sus cosas. Ella, en estado de shock, cerró la puerta. Volvió a abrirla, para comprobar que no había sido fruto de su imaginación. Él seguía alli, inmóvil, con cara de desvivirse por ella. Ella, aún sin creerlo, le besó en la comisura de los labios, y comenzó a llorar, esta vez de alegría. Lloraba.

El(la) II

Él, quizá sin darse cuenta, porque era, a su juicio algo normal; quizá con un poco de idea sobre lo que a ella le gustaba, él, al despedirse la besó en la comisura de los labios, como haciendo un guiño a un futuro unido.
Ella no cesó de llamarle y de escribir acerca de él, aun a sabiendas de que todo o casi todo lo que escribía tenía una clara resonancia cursi. En lo sucesivo, quedaron al menos una vez al día, hasta que él se presentó, sin previo aviso, y con todas sus pertenencias en su casa. Ella, que llevaba mucho tiempo reprimiendo sus instintos, no pudo refrenarse más y se lanzó a besarlo. Fue un beso jugoso, sincero y apasionado.
Los días transcurrían apacibles, a decir verdad, incluso perfectos; se despertaban, desayunaban en la cama, salían a la calle a hacer fotos y a pasear; él cocinaba, hacían el amor y dormían, exhaustos, hasta el día siguiente.
Todas las amigas de ella lo veían como el chico perfecto, y según ella, lo era. Nada le podía ir mejor, a su modo de ver; por fin, tras tantos varapalos y llantos, había logrados ser feliz.
Una mañana, ante de que ella se despertara, el desapareció, junto con todas sus cosas. Tan solo quedaba de él en un post-it en el espejo del baño:

El(la) I

Lloraba. Pequeñas gotas resbalaban por sus mejillas, entonces sonrojadas por la rabia contenida contra él. Lo odiaba, no podía soportar su presencia, ni tan siquiera en su memoria, y eso era una constante, pues no podía apartarlo de su cabeza. En realidad esto no siempre había sido así. Lo cierto es que ella lo había amado profundamente, algo que siempre había negado que haría, al menos mientras siguiera con vida o cuerda, después de que, como comprobaría más tarde, otros como él la hubieran destrozado. Pero cuando lo conoció, algo en su interior comenzó a ponerse en marcha. Como una fuerza irresistible que le impulsaba a acercarse a él irrefrenablemente.
Después de mucho trabajar y de buscarse el modo de contactar con él, al final logró una cita. Fue una tarde que recordaría para siempre; estuvieron todo el tiempo hablando de sus miedos, sus inquietudes, sus quehaceres y sus gustos. Ella sentía un profundo escalofrío cada vez que se asomaba a sus ojos marron oscurísimo, pues por más que lo escrutaba no encontraba atisbo alguno de maldad u odio. Mas hubo algo que la condenó irremediablemente entre sus brazos.

Viendo como caminas, como te escondes y me llamas para que te busque, como juntas las manecitas, como recibes cada detalle (por minimo que sea) que tengo contigo, como lees ininteligiblemente o como te ries de manera escandalosa, es lógico e incluso necesario que esté como me encuentro ahora mismo.

Puede que suene remilgado, cursi o incluso ñoño. Lo soy, que remedio.

¿Reencarnado?

La réalité et la misère
moi oprimen et, néanmoins,
je rêve toujours

La realidad y la miseria
me oprimen y, sin embargo,
yo sueño todavía.

Emile Zola

La verdad es que a veces me siento como poseido, o tal vez, inspirado por los grandes escritores. Sé que suena un tanto ambicioso e incluso un tanto soberbio, pero es algo inexplicable que lleve tiempo pensando en algo parecido a lo que el gran escritor francés escribió mucho tiempo antes de que yo naciera. Eso me hace creer aun más en la reencarnación.

La realidad, con su crudeza,
intenta impedirme que sueñe.

La réalité, avec sa grossièreté,
elle essaye de m'empêcher de rêvant.

Blo

No me mires. No me tientes. No me incites. No me excites. No me hables. No me preguntes. No me roces. No me llames. No me sigas. No me sonrías. No me guiñes un ojo. No me cojas la mano. No camines conmigo. No veas pelis conmigo. No te intereses por mi estado. No me saludes. No me abraces. No me escribas. No me hagas fotos. No duermas conmigo. No me mires ni de reojo. No me leas los ojos. No me provoques. No cantes conmigo. No me cuentes cosas, ni interesantes ni banales. No leas mis cosas. No me espies. No me busques. No comas conmigo. No me hagas que cocine para ti. No pongas caras graciosas. No te rias con mis tonterías. No me abraces. No vivas conmigo. No hagas planes de futuro conmigo. No dibujes para mi. No me regales cosas extravagantes. No me susurres. No me muerdas la oreja. No me escribas en la espalda. No me beses.

Ahora no me hagas caso.

Secos

Languidece en tus ojos el mar bravío
que otrora fue intenso y poderoso
ahora es calmo, infinito, en reposo
víctima de hibernación tras el estío.

De un azul profundamente impío,
ellos incitan al más perezoso
a nadarlos de un modo libidinoso
que no podrá combatirse con frío.

Mas de repente, sin previo aviso
el mar se secó, se volvió sediento,
el agua que había tornose viento
y tus ojos, ya blancos, estaban lisos.

Explicaos dirás, has de ser conciso
(perdonad entonces mi atrevimiento)
se secaron por la falta de un aliento
que no tuvo porque vos no quiso.

dioses

Eremita eres, vives en tu montaña apartada del mundo real que tú, en tu ofuscación, te empeñas en no ver. Crees que no hay más allá de tu dios y en eso te equivocas de lleno porque existe todo un panteón de dioses dispuestos a ofrecerte cuanto quieras para que comiences a creer en ellos también.
Pero no, tú insistes en dedicar tu vida a la abstracción y la dedicación a un dios que sabes que nunca te aportará nada. Ojalá llegue el día en que no tengas que creer en ningún dios porque tú formarás parte de ese dios, te habrás fundido en un todo con el dios que más valores te reportase.
Mas para alcanzar ese éxtasis religioso, esa comunión, deberás no centrarte en uno sólo, sino probar a cuantos te requieren, para así descubrir cual es el que se te muestra sin máscara. Ese será el Dios verdadero, en el que podrás confiar.



[aunque en realidad la única Wicca*]

* Wicca: diosa madre, antigua creencia celta

Ella

"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero."

Santa Teresa de Jesús.

La verdad es que Santa Teresa no anda lejos con esos versos; lo que pasa es que se confundía de destinatario. No es dios (así en minúscula, porque nadie está en posesión de la verdad) el que produce ese efecto de éxtasis, es Ella (esta si va en mayúsculas, no me preguntéis razones)
Lo que causa que me obnubile, que me ofusque, que me obceque y que me obsesione es Ella. No hay más allá de Ella, tan solo la nada y eso no me interesa conocerlo. Tan solo quizá si se me presentara la Verdad y me ofreciera conocerla antes que a Ella dudaría. Pero la posibilidad de que triunfara la Verdad sería mínima. Alguien pensará que esto debe ser malo y que yo soy un obseso; pero no me importa tener esa imagen. Simplemente lo que Ella pueda pensar de mi me causa pavor, por lo demás, prefiero no hablar. Pero Ella de momento está lejos, y mi tarea a partir de ahora será acercarla progresivamente

Ah...Ella...



Rouge

Lo rojizo se apodera de mi. No veo más que rojo a mi alrededor. Será que estoy leyendo el Manifiesto Comunista, pero lo rojo me incita y me excita. Que cosas, toda la vida mirando a la Luna y deseandola y ahora resulta que me dirijo a Marte. Es lo que tiene la estupidez (a.k.a. amor)

and I wonder...


Pues si, me pregunto qué diantres ocurre en tu angosta cabeza todos los días. Quisiera saber por qué tus neuronas serotoninérgicas cambian constantemente de rumbo. Ahora se muestran dulces y agradables, y tu te muestras asi también; y ahora se muestran bordes y revulsivas y por ende tu haces lo mismo. No se si será fruto de la esquizofrenia (tuya o mía) pero es algo que me mata lentamente.

Ojalá supiera qué, por qué y debido a qué. Pero tendré que esperar o simplemente aguantarme.

nota: la serotonina es la sustancia responsable del estado de ánimo y del placer; por tanto las neuronas serotoninérgicas son las que reaccionan a los estímulos de esta sustancia.

Divagaciones

Divagas en tus pensamientos vanos
acerca del qué hacer en tu vida
y te ofuscas al saberte perdida
al conocer que no todo era llano

Mañana cuando no quede nada sano
quizá encuentres la razón que impida
que sientas la desgracia consabida
cuando nada que posees esta en tu mano.

Mientras llegue ese día, y puede tardar
disfruta lo que tienes, que no es poco
que a decir verdad es más que el mar

y regálate con amores locos
con pasiones irrefrenables que dar
a los que habitan en el zoco.




[a la espera de una sesion fotografica, sin fotos buenas que enseñar]

Elegir o no elegir

Vivir lejos o cerca, ser de izquierdas o de derechas, tener el pelo rubio o castaño, jugar al poker o al mus, beber cerveza o un cubata, comer basura o sano, tios o tias, blanco o negro, arriba o abajo, zurdo o diestro, tener piercings o no, escuchar pop o rock o hiphop o dance o lo que sea.
Todo es elegir, todo es una disyuntiva entre dos opciones por las que no se decidirme. La unica por la que me decido es por ti


[y de esto tampoco estoy seguro...]

Mi estupidez supina

Hoy he tenido una revelación. He llegado a la conclusión que soy un tanto estúpido. A decir verdad bastante estúpido. Alguien dirá "por fin se ha percatado", y yo, el estúpido, le reiré la gracia.
Esto no se me ha mostrado por algún hecho en concreto. Simplemente me he parado a pensar (deberé hacerlo más a menudo) cuán estupido me he vuelto con los años.

Me acuerdo de cuando era un pequeñajo y todo era bonito, de color rosa y no existía la estupidez en mi. Fui creciendo y mi estupidez crecía a la par. Será la edad o la nula inteligencia pero la estupidez ahora me posee. Creo que la culpable eres tú. Si, no te sorprendas; la estupidez no es más que una de las vertientes del amor.

Post-it


Lo único que sé es que ayer hice feliz a alguien. Que algún alma sonrió en su sufrimiento. Qué a partir de entonces algo habrá cambiado en su vida. Ya tendrá algún motivo para decir si y dejar a un lado el no.Y tan solo con una nota. O al menos yo me divierto creyendolo.


Qué le vamos a hacer, me gusta soñar despierto.

Hey Babe ;)

De repente y sin previo aviso, me dices: Hey babe, take a walk on the wild side- y me guiñas un ojo. No se como sentirme. Yo, un perfecto responsable y sin ninguna intencion (nunca, nunca) de desvariar y perder la cabeza, me encuentro planteandome si dejar de hacer lo que hasta ahora solo porque tú lo has dicho.

Esa es tu máxima virtud. Y me encanta.


[perdamos la cabeza entonces]

¿Que es esto entonces?

-¿Y qué es el amor decis? Camaradas, es algo a lo que inexplicanblemente el ser humano esta predispuesto desde la cuna. El hombre aún sabiendo que eso le reportará más desdichas que felicidades, el hombre en su estupidez natural, el hombre como ser supremo y por tanto supremo idiota busca desesperadamente el amor. Pero ¡atención camaradas! este amor del que yo hablo es el que dicen que siente un hombre por una mujer y viceversa. Bien- bebió un largo trago de su cerveza y prosiguió- el amor, como ya digo es puramente teórico. Si realmente se cumpliera o fuera cierto, ¿qué sentido tendría el hombre? quiero decir, ¿por qué el hombre sigue creyendo en el amor y sin embargo hace tiempo que dejó de creer en lo dioses? La respuesta es bien sencilla: el hombre, en su interminable evolución a lo largo de los siglos ha desechado múltiples ideas, siempre todas ellas en favor de mejorarse como ente, ya que eran ideas supérfluas, pero hay algo que todavía persiste desde que eramos simples monos; nos invade un terrible, un profundo pavor a estar solos en esta vida. Nos aterra la idea de morir solos, de no tener a nadie con quién compartir nuestros más profundos secretos. Todo esto lo hace el hombre subconscientemente, claro está, y para poder engañarse a si mismo, encubre este miedo con la palabra amor- culminó Fisto.

Acto seguido su público, boquiabierto, se levantó y comenzó a aplaudir

Almizcle

Quisiera que tu fragancia afrutada
ahora plena de toques sutiles
de canela, se quedara por miles,
cientos de años, aquí sentada.

Significaría que tú, mi amada
perfumada de sándalo, que viles
opresores talan, para que tu hiles
mis sentidos, estarás entregada.

Serán tu afecto y mi amor criadas
que nos servirán durante abriles
y que, aún cubiertas de marfiles,
nunca superarían tu mirada.

Comienza todo por ti, almizclada
en mil aromas, todos febriles
y aún cuando seamos seniles
olerás de esta forma almibarada.

Lecturas

Leo lo que escribes como si me fuera la vida en ello. Como si no tuviera mas aspiraciones que intentar descifrar alguna alusión en tus tonterias. Como si tu quisieras ponerme un mensaje que tan solo yo pudiera leer. Pero eso en realidad no ocurre; tu escribes porque no sabes muy bien que poner. Y yo te leo hasta que encuentre alguna prueba de que va dirigido hacia mi.
Me hace gracia que sea tan tonto, pero quizá eso es lo que me diferencia de los demás. Y me gusta. Por eso seguiré pendiente de tus historias nimias y asombrosas como el hincha que sigue a su equipo cada domingo.

A la Realidad


Querida Realidad:
Estás ahí fuera. Lo único es que tememos hacerte frente y darnos cuenta de que no somos más que un punto en una linea.Es triste ver como tú, mi adorada Verdad, no eres muy bien recibida en algunos instantes. Da pena verte vagar sin rumbo, esperando a que un valiente se atreva a recogerte y a enseñarte al mundo, pese a quién le pese. Yo mismo te evado siempre que puedo, no por falta de ganas, sino porque es más fuerte esta sociedad que yo. Qué le vamos a hacer; estamos programados para huirte y no darnos cuenta de lo importante que eres para que todo vaya bien.

Siempre tuyo,

Blo

Post Scriptum: Ojalá algún día me arme de valor y de desvele a este mundo tan necesitado de tí.

Mar cobrizo

Mar cobrizo, ligero al viento
que cae sobre tus hombros menudos
y agita embravecida los nudos
que me ataban a la cordura; miento.

Ya estaba loco mucho antes, lo siento
quizá no hable y parezca mudo
pero callo para escucharte y, rudo
y terco porque no hablas, te beso y tiento

al destino en el que no creo pues
si comienzo a recorrerte, caeré rendido
aún más si cabe, y comprobarás después

que si yo caigo tu corazón estará perdido
porque no cesaré hasta conseguirlo y si es
posible nadar en ese mar ora crecido.

Destinidades


No creo en el destino. Pienso que no tiene ninguna razón de ser. No tiene sentido creer que nuestro futuro esté ya escrito y no podamos luchar contra él de ninguna forma. Es como si pensaramos que la vida ya esta hecha y ni tu ni nadie puede hacer nada por remediar lo que te va a ocurrir a lo largo de ella.
Ahora bien, tampoco creo en las casualidades. Cuesta creer que toda nuestra vida dependa del azar y de la suerte que poseamos o no. Es algo realmente extraño. Se podría considerar que la vida es un gran juego en el que nos puede tocar la china o no. Cosa que no es cierta.
Yo creo en algo que no existe y por ello no tiene definición ni nombre aceptado. Pero estoy plenamente seguro que es un concepto que resume totalmente mi actitud hacia los designios de la vida. Creo en las distinidades. Se podria definir como casualidades que ya estan planeadas por quienquiera que escriba el destino. Pero como ya digo, es un termino inventado asi que esta definicion deberá ser pulida con el paso del tiempo.
Pero por lo pronto es algo con lo que me conformo hasta que alguien invente un mejor termino.

No volveré


Recitemos todos juntos al compás de dos por cuatro: No volveré, no volveré, no volveré
La cuestión que se nos presenta entonces es: no volveré a qué?
Todos sabemos que por mucho empeño que pongamos y mucho afán que tengamos nunca, nunca conseguiremos dejar de hacer algo que en realidad amamos profundamente y que sin eso no seriamos como somos ahora.
Si se nos presentara la ocasión para dejar de hacer algo sin dolor y sufriemiento, estoy convencido que nadie en absoluto querria tomar parte de ese sistema, ya que algo, dentro de nuestra naturaleza autodestructiva nos empuja a hacer cosas que sabemos que no nos harán ningun bien.

La verdad es que somos idiotas. Muy idiotas. Y somos felices con ello.
Que remedio.

Bye


¿Puedes leer esto bien?Espero que si, tan solo para que te des cuenta de que no todo es lo que parece. Aunque reluzca, no tiene por qué ser oro.
Esto no es un reproche, mas que nada porque si hay algo que reprochar sería a mi. Simplemente es un recordatorio para el futuro, para que cuando quieras que algun colgado de la vida se dedique a hacer algun acto fuera de lo común, que sepas que no quedara ni rastro.
Me habré evaporado como tu lo hiciste una vez. Y lo haré, no por rencor y por venganza, si no porque ya no me apetecerá esperarte más.

Disfruta de tu pasaje al Polo Norte.Yo disfrutaré de mis pingüinos

¿Caminamos?


Se supone que lo único que tenía que hacer era continuar por el sendero que tus huellas dejaban. Me aparté, es cierto, seguí por el camino que no era; en parte porque tu cada vez dejabas menos impresiones en el suelo, en parte porque a mí, en mi egoismo, nunca me gustó llevar brújula. Aún así tu tampoco te esforzaste en buscarme cuando me hallaba perdido. Lo cierto es que ni siquiera comenzaste la búsqueda, lo cual me demostró de que pasta estabas hecha. Pero a pesar de todo, yo continué buscando como un poseso el funesto camino, que no aparecía por ningún lado. Parecía un camino fantasma, a veces con mis actos aparecía y se mostraba en todo su esplendor; pero otras desaparecía por arte de birlibirloque y creo que era debido a tus actos. Cuando al fin conseguí que el camino estuviera quieto, resultó que estaba cortado. Tu habías decidido que no querías seguir andando y partiste volando hacia la capital de un Imperio. Yo me quedé solo, muerto de miedo en medio de la penumbra, tan solo iluminado por el aura que me habias transmitido durante el tiempo que habíamos caminado juntos, y que a cada segundo se mostraba más pálida. Ahora vago y divago sin rumbo, pues sin ti ya no hay camino.