Fina Ironía


Últimamente me siento irremediablemente abocado a pensar que la ironía domina el mundo.
Lo irónica que es la Vida, como si se riera de nosotros, mostrándose todopoderosa y alevosa.
Si los cactus, secos, estériles y mortecinos florecen, ¿qué más puedes esperar? Los mineros, tras décadas intentando escapar de las entrañas de la tierra, vuelven a ella irremediablemente, como si una mano negra se ensañara con ellos. No deja de ser irónico también que la pitera común, antes de morir, dé una flor de 10 metros, a modo de despedida.

Me limitaré a decir, en favor de ella, que por trágica, malévola, estúpida o irreflexiva que sea, la Ironía consigue que una sonrisa asome, una sorpresa que alivia, mínimamente, sí, de la carga que nosotros, herederos de Atlas, debemos soportar.


Ironías de la vida, hoy cumplo 100 entradas, 53.222.400 segundos de pensamientos e ideas.
Gracias

Conversaciones ante el espejo

-Cómo habéis cambiado, ¡rediós! Barrúntaseme que de no haberos detenido ante mí apenas os hubiera reconocido. ¿Dónde quedaron esos últimos resquicios de niñez? ¿Dónde esa cara lampiña y tersa? ¿Os habéis mirado detenidamente?

-Me congratula que os deis cuenta. Lo cierto es que hay veces en que ni yo mismo acierto a ver dónde estarán los límites de mi cambio. ¿Qué me ha ocurrido? Intento daros una respuesta, pero me es arduo.

- ¿Queréis saber que os sucede? Sois mayor. Simple y llanamente. No intentéis buscar otra respuesta que no sea esa. Esa es la clave.

-Pero, ¿cómo me ha podido ocurrir? Recuerdo aún vivamente en mi memoria mis juegos, mis trastadas, mis llantos por nimiedades y demás niñerías. ¿Cómo puedo ser nostálgico siendo tan joven? No debe ser bueno.

-Ciertamente no os conviene; al menos no tan joven. Os daré un consejo, que debéis haber oido ya: la vida pasa; no malgastéis vuestro tiempo recordando épocas que no fueron tan buenas, ni imaginando futuros que no serán tan malos.