Elévame. Yo pongo la grúa que se hace necesaria dado mi pétreo corazón.

Tango. Milonga

Representabas el culmen de la belleza porteña: nariz ganchuda, deje argentino que acariciaba las palabras cada vez que salían de tu boca, tu roja boca, roja de los miles de vasos sanguíneos que la recorrían. La melena lacia, morena, que cruzaba tu cuerpo y tapaba constantemente tus ojos verdes como el Mar del Plata, me causaba taquicardias cada vez que el viento lo mecía. Y sin embargo, a pesar de ser tan bonaerense, tenías más de europea. Sin duda ese crisol de razas y naciones que conforman la identidad de la Argentina, estaba en ti perfectamente representado.

Tras la cena, y sonriendo enseñando todos y cada uno de tus dientes, preguntaste: Ché, ¿me llevás a bailar milonga?
Mi cara de incomprensión debió ser magnífica, por lo que me explicaste que querías bailar tango.
Yo, que sólo haciendo el tonto con mis hermanos había bailado tango, me encontré en pleno barrio de La Boca, calle Garibaldi, tratando de no caer por la torpeza de mis pies y por el impacto de tu pierna elevada sobre mi mano.
Una vez terminamos de escuchar a nuestro tango insonoro, juntaste las manos y dijiste:
¿Sabés? No es bueno que vivas allá tan lejos.
Vi una lágrima que se escapó y te fuiste, lejos. Una vez más, las raíces españolas hicieron lo que debían, huir, huir sin motivo de peso, ante cualquier, ya fuera infundada o no, adversidad.

La Pampa




La planicie infinita que lanza
destellos deslumbrantes tras el ocaso;
el sol que en su particular danza
se esconde a cada ínfimo paso.

Las Siete estrellas

-¿Dónde estarán las siete?
-¿Las qué siete?
-Las siete estrellas de la Osa Mayor. No las encuentro por ningún lado.
-Pero ¿cómo querés encontrarlas acá? Estas son estrellas distintas a las tuyas del Norte.
-Ya veo. Y tampoco hay Vía Láctea ¿no?
-No.
-Todo es extraña y atrayentemente diferente aquí. No consigo acostumbrarme. Pero quizás esa imposibilidad de aclimatarme es lo que realmente me produce la atracción a permanecer aquí.
-Como una antítesis decís ¿no? Como si estar acá fuera fácil y complicado a la vez. Fácil porque acá todo es fácil de querer, complicado por lo que se quiere es contrario a donde venís.
-Te acabas de definir.