¡Catapum!¡Bum!¡bang! y ¡Paf!, fieles a si mismas y a sus inveteradas costumbres, pasean diariamente, fruto de su rutina, a lo ancho y largo del globo. Como buenas onomatopeyas que se saben explosivas, recorren cada vez un poco más, para sentirse amadas e idolatradas. Consiguen llegar a sitios tan recónditos que ni siquiera aparecen en las cartografías, pero en las que ya han inoculado sus violentos movimientos. Dueñas y señoras del mndo, gustan de aplastar a las pequeñas y jóvenes onomatopeyas, más progresistas, que intentan, a veces en vano, enemendar los desperfectos que las viejas acometen en su paseo matutino. ¿Lograrán algún día Muac, Snif, Jajá y Jejé ocupar su puesto? ¿Serán ellas las nuevas musas?