Bienvenidos al Oeste I


Del sol de poniente, rojizo, cobrizo y huidizo.

Y se oyen las resquebradas notas de un banjo a lo lejos. Quizá suene desafinado, o puede que el que lo toque apenas sepa hacerlo, pero la escena no sería la misma si no sonara nada. Se observan huellas de herraduras en la tierra arcillosa. Un "cling" suena en la escupidera. El desarraigado saloon rezuma alcohol por cada una de las juntas de sus tablones. En la calle principal dos forajidos, pañuelo en boca, montan sobre sus caballos para poner rumbo a su guarida en las faldas de la montaña. El sheriff, abigarrado y temeroso, se enclaustra en su despacho para no tener que intervenir.
Y yo, presencio impertérrito la escena sin poder comprender ni cómo ni por qué.

1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10

No quiero contar más. Me sobran cosas que contar con tan pocos números. Puede parecer pretencioso, pero al reflexionar sobre el tema se constata que lo realmente importante puede contarse con las manos: amigos verdaderos, pensamientos cuasi perfectos, enamoramientos, buenas obras...
Lo superfluo e inútil, en cambio, exige de cientos, miles de números para ser abarcado: dinero, malas ideas, estúpidos...

Khaos

Y ahora, con mis ideas en desorden, me lanzo a disfrutar de un refrescante baño en el mar de la Intranquilidad. Corren tiempos extravagantes, fastuosos y a la vez tímidos. Pero habré de hacer acopio de las pocas fuerzas que aún me restan para enfrentarme a ellos como es de rigor. Si bien es cierto que hay veces que las piernas me tiemblan y parezco a punto de desmoronarme...
-Apu, ¿te quedan de esas cervezas con gominolas, las Choo-choo-boos?
-No, lo siento, creo que esas cervezas no existen señor Homer.
-Entonces dame seis latas y un paquete de anises.

(Extraido de los Simpsons)


En memoria de todos esos instantes simponologicos que seguimos compartiendo, ahora desde una nueva perspectiva.

Ansiado pensamiento libre

Aullaba, como camada hambrienta,
por la ausencia de la ansiada madre,
mi pensamiendo que ahora se pudre
porque tu indiferencia lo alienta.

Antes de que el tiempo impasible medre,
antes que él acabe sin luz, a tientas
y la muerte, que ahora aquí se sienta
me empuje al Cerbero y me ladre,

antes que lo inevitable ocurra,
te ruego que prestes atención vital
a los pájaros que hay en mi cabeza,

que buscan salir a la naturaleza,
dejar por siempre su vida de hospital
enclaustrados sin que sus alas discurran.



(¡estamos que lo tiramos!)

Idílico

Bajo los enorme brazos del almendro en flor
que se mecen con el viento, en un suave vaivén
que arrullan y te acunan y te acarician la sien
mientras que el campesino ara las tierra de labor,

me encuentro atónito y con un amargo sabor,
fruto de frutos verdes de otro árbol de este Edén
y del azul de tus ojos que me escrutan y me leen
a los que pido que no acaben y me den su valor.




(¡la musa ha vuelt0!)

Nada claro

Ya no puedo querer lo que antaño,
yo no soy igual, tú ni siquiera eres;
te fuiste cual vïento, sin deberes
y yo ora me voy causandote daño.

Impregnado de la pasión yo taño
la flauta de la distancia entre seres
que nos alejará a nuestros quehaceres,
nos encerrará en nuestros rebaños.

Vendré a mi vida casi olvidada,
que por un tiempo dejé murïendo
por acto de tus manos desolladas

y volverás aunque lo niegues, sonriendo
rauda y veloz, como si desbocada
al camino donde estabas viviendo.