Café(lla)



Un café. Necesitaba uno, para animarse un poco, durante un instante. Rebuscó entre los cajones, armarios y demás recovecos de la cocina, pero no encontró nada. Al fín dió con un viejo paquete, regalo de su tía tras un viaje por Colombia. Lo abrió y el intenso aroma fruto de demasiado tiempo empaquetado, casi lo dejó inconsciente. Se sonrió de lo rico y potente que estaría, así que comenzó, como acostumbraba, muy diligente, a prepararlo. Cuando se disponía a dar el primer sorbo, llamaron al timbre. Él, nervioso y a la vez cabreado, abrió. Era ella; ya no necesitaría el café.

Querida nadie:

Quiero irme del mundo. Sobre los cúmulos, nimbos, estratocúmulos y cirros, justo por encima de las nubes, esos parasoles algodonados que tan mágicamente se agrupan, dando lugar a formas caprichosísimas. Justo ahí, donde los dulces rayos del sol me acaricien como tus manos la cara, ahí, me quiero marchar. No debes tomar esto como una alegoría del suicidio (recuerda que el cielo suele asociarse al paso a una vida mejor en la simbología cristiana). Todo lo contrario. Este ímpetu de dejar la tierra firme es mas bien una mezcla de extravagancia y desolación ante no poder cambiar lo que aquí abajo habita. Te ruego que no impidas que esta decisión se complete, ya que entonces me condenarías a un monton de desdichas. Espero lo comprendas.


Dolorosamente tuyo,

el SER humano.

Milagro



Si una luz que baja directamente del cielo haciendose un hueco entre las nubes tenebrosas te resulta divina e incluso un jodido milagro, olvídalo. No es más que una combinación de casualidades al unísono. Sin embargo......siempre apetece creer en lo que no controlamos ¿no?





foto de un cumulo de casualidades en medio del mar mediterraneo, cerca de monaco.

" Ahora todo el mundo quiere formar parte del espectáculo, ya no hay público que quiera ver, todos buscan participar."



Mi padre.

Cantabas. La rana ama
que te represente; leve
dolor; lo corroboro con poco.
No. Propongo, todo loco
que me beses, me eleves,
hagas cada vaga alma, llamas.

Dama blanca, matan las ramas
verdes de creer en el breve
color rojo, como sol. Foco
doloroso. Lo froto, lo toco.
Él me ve. ¡Que me lleve!
La nada. Falta la cama.




Desde aquí mi recuerdo al creador de los clicks de Playmobil, que tantos buenos ratos me ha hecho (y continúa) pasar.

Lilliput

Voy. Y te encuentro acurrucada en la palma de mi mano. Me miras como pidiéndome la pregunta que sabes que no tardaré en hacerte. Y yo te miro con un sentimiento paterno, tan propio como el marrón oscuro de mis ojos. Te inquiero el por qué de tu estado tan pequeño. Y me respondes con una sonrisa pícara, que así es más facil que te lleve en mis bolsillos, allá donde me dirija.