Romance de la Oficina

Teclas cargadas de informes,
cálculos, balances, gomas.
Sonrisas frente al café,
porque prosiguen las bromas.
Cuentas que no cuadran nunca
y en el alféizar, palomas.
El jefe, harto de todo,
sueña ya que, con redomas,
cuelga a todos por el cuello.




Renovación total, de espíritu, de fachada y de costumbres. Veremos cómo funciona.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Cada hombre hombre tiene que inventar su camino"

Suerte con este renovado espacio de ideas P.

Anónimo dijo...

Y Guaguin trabajó en una oficina como agente de la bolsa en París...

Noto esto más digital, más mecanizado.

Menos mal que luego él, Guaguin, se trasladó a Haití, bebiendo a morro de los panales.