El(la) III

ADIÓS. Ella se murió, o sintió morir en ese instante, ya que él odiaba decir adiós, pues consideraba que era para siempre. Lo llamó desesperadamente, pero él no respondía a las llamadas. Pasó el tiempo y ella no conseguía olvidarlo, a pesar de que ella se concentraba en su trabajo, en sus amigas, en cualquier cosa que le mantuviera la cabeza ocupada. Por eso lloraba y recordaba, odiándole por haberle hecho pasar los mejores años de su vida. Pero no, se dijo, no se permitiría abandonarse y morir por él. Pero ella no contaba con que él había vuelto a la ciudad. Había marchado porque no soportaba que todo fuera tan perfecto, que por fuerza todo terminaría mal y él no quería eso.
Ella estaba, como cada tarde, escribiendo sobre lo que de él odiaba, como terapia para olvidarle. Lloraba. Pequeñas gotas resbalaban por sus mejillas, entonces sonrojadas por la rabia contenida contra él. Sonó el timbre de la puerta. Ella, pensando que sería el correo o alguna cosa sin importancia, no se molestó en secarse las lágrimas. Abrió y allí estaba él, con todas sus cosas. Ella, en estado de shock, cerró la puerta. Volvió a abrirla, para comprobar que no había sido fruto de su imaginación. Él seguía alli, inmóvil, con cara de desvivirse por ella. Ella, aún sin creerlo, le besó en la comisura de los labios, y comenzó a llorar, esta vez de alegría. Lloraba.

4 comentarios:

furiadecolor dijo...

sip, es mio jeje.
vaaale, termina bien pero sigue siendo un poco bestia lo del post-it...jajaja.

Constan dijo...

le falta algo, cambiaría el final, algo mas pasional o quizás lo describiria un poquito mas lo que pasa cuando entra en casa aunque me imagino que todo el mundo lo sabe . La idea es genial, una vez mas no me decepcionas.
Acabo de darme cuenta que lo que has escrito pega con mi ultima entrada, jajaj casualidades de la vida

kamikaze. dijo...

oh!(L)
fantabulosa historia.

Mme Parapluff dijo...

(L)


qué bonito es el...