Bienvenidos al Oeste II

Lancé entonces una mirada a mi cintura y observé, atónito, como un revólver de considerable tamaño colgaba de una cartuchera. Qué diantres hacía yo allí, vestido de vaquero bueno, sin idea de disparar y con un brioso corcel gris perla esperándome era algo que me dejaba patidifuso.
Respirando hondo, me dirigí amablemente hacia los cuatreros, y aunque me temblaba la voz, les rogué que devolvieran lo robado. Una estruendosa carcajada brotó de detrás de sus pañuelos, de una manera casi mágica. Entonces agarré mi revólver calibre 38 y disparé a bocajarro. Como nunca he sido muy ducho en la puntería, apenas les rocé, pero comprendieron lo que quería decir. Soltaron las sacas y huyeron picando espuelas.

Desperté en el misísimo instante en que John Wayne disparaba su Colt. Maldito condicionamiento por sueño...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

siento no cecir nada acerca de tu historia vaquero,
pero pabluno otra vez, nose porque, (bueno en realidad si q lo se , se debe a esta jodida vida "ex-céntrica " y separo lo de céntrica porq aun no encuentro el centro de mi vida) que al parecer he decidido llevar,y que in o evitablemnte la gente por la que apuesto decide clavarme espinitas, y ya llevo otra más...una más de tantas..
pero como me dijo alguien (sí ese ALGUIEN)no hay que pner demasiadas en los demás porque no es que te defrauden ,simplemnte son así y asi fueron desde el momnto enq se cruuzaron en tu vida y como todos sabems no puedes cambiar a nadie.

Pero a mi me han hecho daño ya muchas veces soy idiota porq no aprendo la teoría.

me voy (ahora tu dices ; tranqila teorías)
un beso si lo qieres :)

Anónimo dijo...

vale,me e saltao un puñao de palabras,porq nose escribir, ni protegerme de lo malos.No te digo el nombre porq se que sabes qien soy (aliteración.)