La frágil senda de cristal opaco que unía sus dos cerebros se quebró como fruto de las tensiones que los vientos, llamemoslos extraños, ejercieron. Se habían dado cuenta que una quebradiza pasarela no era suficiente, por lo que trabajaron juntos para remodelarla.

3 comentarios:

mADAMME P. dijo...

ME ENCANTA

kamikaze. dijo...

Me disponía ha actualizar tímidamente después de mi breve pero intenso exilio cuando leí tu último comentario.
Sin duda la quebradiza pasarela entre nuestro cerebros es sorprendentemente suficiente :)

brevedaddelosdias dijo...

creo q has expresado, materializado ,algo que sentimos todos e nuestras relacciones con los demás
y sabess, a veces no merece la pena trabajar poniendo tablas en una pasarela q no vale la pena arreglar,
q se llevará la marea, barrerá los clavos,aunq dejará un sabor agrio en la boca. (asique tendremos que montar una tirolina ;) )