Muerte.Destrucción.Caos. I

-Nunca sabremos que ocurrió en realidad- dijo el inspector-jefe a su adlátere- es un caso realmente imposible de resolver ¿no crees?-
-Ciertamente jefe es un caso arduo, pero no imposible como pregonas. Se trata del más anómalo caso al que nunca este departamento se haya enfrentado. Las nimias pruebas de las que disponemos son, en su mayoría, desechables y sin valor alguno jurídicamente hablando- concluyó.
-Lo sé, lo sé; es por eso por lo que digo es un caso imposible. Nos enfrentamos a un asesino despiadado y sin escrúpulos, sin un ápice de humanidad. Y este no es más que uno de sus actos- y señaló el lugar en donde yacían los cuerpos de los dos jóvenes.
Aunque no tenían marcas exteriores de lucha, por dentro tenían el corazón destrozado, como equiparado al de un anciano en sus últimos días. Un corazón raído, prematuramente viejo y extasiado.
El ayudante del inspector se rascó la cabeza y, como si eso le hubiera facilitado la obtención de una idea, exclamó- ¡ya sé cómo murieron jefe!-
Éste le inquirió con la mirada y el ayudante, complacido, empezó a hablar:

1 comentario:

Ana dijo...

Éste le inquirió con la mirada y el ayudante, complacido, empezó a hablar: han muerto de la vejez prematura que provoca el no ser conscientes de que la juventud es la esperanza y el futuro.