Viajero de ferrocarril (III)

...la libreta de notas que siempre llevaba encima y empezó a dibujar con finos trazos de lápiz el desolador instante en el que se encontraba: un vagón vacío, con una luz tenue causada por un fluorescente a medio encender que le daba un aura cuasi fantasmal. Estaba enfrascado en ese dibujo cuando sintió un crujido en su estómago; tenía hambre, algo normal contando con que habían pasado más de 20 horas desde que había comido. Se acordó que esa última vez había sido con ella; en un restaurante, comiendo opíparamente y embriagados por las botellas de vino. Habían salido un tanto mareados y se habían encaminado a casa a culminar una noche que parecía redonda. En el portal les abordó una chica. Era un tanto desgarbada, quizá demasiado delgada, pero aun así preciosa. En seguida les abordó, pidiendo que la dejaran entrar en su casa para hablarles de un tema realmente importante.
Mientras tomaban café, la desconocida comenzó a hablar...

1 comentario:

Psicodélica dijo...

¡¿Dequé?! ¡De qué les hablo! Cada vez esto es mas interesante! Me siento adicta a tu blog jaja.

:) saludos!