Tu vientre

Tu vientre de seda,
tintura dorada en el pincel,
chispa del fuego interno,
caricia salada en tu piel,
nunca fue esclavo.

Tú eres libre, ingrávida,
tan violentamente fiel
a cuanto crees y piensas,
que creas agonía y hiel
a quienes no comprendemos.

Tu sangre late lenta,
de un fuerte color buriel,
tranquila y silenciosa,
como el vino cae sobre el mantel
y lo tiñe todo y lo moja.

La sangre, que riega tu vientre,
que nutre y calma como la miel,
que limpia ahora el llanto
que te acerca a él,
que te sigue esperando.

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