Pajarilla

Me miran sus ojos de leño
posándose sobre mi hombro
tras emprender un breve vuelo.

Me arrulla suave el gorjeo.
Habla conmigo despacito,
sin prisa por el mensaje, lento.

Le atuso las plumas por dentro
y se gira con virulencia
pues no esperaba ese gesto.

La llamo, a través del viento,
para que venga a mi lado.
Le alcanzo pan, le doy un beso.

Pero la pajarilla está ya lejos,
ha emigrado hacia el este.
-Quizá vuelva en verano- pienso.

-Pues no hay mayor belleza- creo-
que una paloma libre
volando libre de todo deseo.

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