Mester de la libertad

"Una no ha nacido para obedecer a nadie.
Ni dios, ni tú, ni el rey habréis de dominarme"
me dicen tus ojos fogosos con fuerza bravía
que deslumbran a la muerte oscura que había.

Y siguen hablando aún en silencio conmigo:
"Yo soy libre, de veras, tanto como el trino
del jilguero que anda entre las ramas blancas
del chopo nuevo, preso él en la tierra blanda"

"Independiente de tus miserias y tus virtudes" 
me explicas ahora con tu parpadeo de luces.
"Dueña de mi propia vida, sin obligaciones,
porque otros jamás han tomado por mi decisiones"

Yo, abrumado por tu imponente soltura, callo
y por dentro sonrío, pues, siendo muy franco, 
ya estás sometida por cualquiera desde siempre,
porque el amor de los hombres esclaviza tu vientre.

No hay comentarios: