Historias de Fakires


Entre un olor mezcla de incienso, hachís y curry se despertó. Estaba sudoroso y alelado, como fuera de sitio. En esos mínimos instantes en los que el cerebro no sabe muy bien si sigue soñando o no, se sintió como que no estaba el lugar correcto. Su sitio eran sus sueños, masticando cristales, durmiendo sobre una tabla de clavos o hipnotizando una violenta cobra con el suave sonido de su flautín, no ese pozo de pobreza y suciedad al que se suponía debía llamar hogar. Mientras bebía un poco de leche (en realidad la poca que había) se juró a sí mismo que sería un fakir famoso como lo era en su sueño y que saldría de la pobreza. Acto seguido se dirigió a su esquina acostumbrada y comenzó a pedir limosna.


Dedicado a mme. parapluff

2 comentarios:

Halagada MMe. dijo...

Me halaga mucho ese "dedicado a mme parapluff", en serio.
Me ha gustado un montón el texto, me recuerda a mis historias de piratas.
Esa forma de amar los microrelatos. De narrar solamente un instante. Ese gusto por lo especial de lo cotidiano, el detalle, la inmediatez de los actos, los sueños y los finales que nos dejan con ganas de más.Finales que empiezan más que acaban.
No sé si me explico. Pero en cualquier caso me siento identificada con este tipo de narración.


Me ha encantado, fakir.

índiga dijo...

La vida húngara resulta mucho más enrriquecedora de lo que pensaba, estoy rodeada de gente de todo el mundo y aprendiendo mucho.
El azul siempre está vigente,claro, aunque de aquí a un par de meses la cuidad se irá tiñendo de gris y blanco =)
Por allí todo bien? qué tal el inicio jurídico?